Cada año el 17 de junio se conmemora el paso a la inmortalidad del General Güemes.
Martín Miguel de Güemes, el líder de la guerra gaucha que freno el avance español, fue un general muy importante para nuestro país. Tras la Revolución de Mayo se incorporó al ejército patriota destinado al Alto Perú y formó parte de las tropas victoriosas en Suipacha. Luego regresó a Buenos Aires y colaboró en el sitio de Montevideo.
Pero Güemes, nunca olvidó su Salta natal. En 1815 regresó y gracias a su experiencia militar pudo ponerse al frente de la resistencia a los realistas. La vuelta de Güemes a Salta se debía, además de motivaciones militares, también a razones políticas, que se sumaban a sus propias aspiraciones al poder, ya que deseaba desplazar al partido conservador del gobierno salteño. Organizó al pueblo de Salta y militarizo la provincia, cargo que ejerció hasta 1820. El mismo San Martín apoyó y confirmó los valores militares y el carisma de Güemes confiándole la custodia de la frontera Norte.
Belgrano también valoraba la acción de Güemes, de esta forma nació entre ellos una gran amistad. Esto expresó Güemes a su amigo en una carta: “Hace Ud. Muy bien en reírse de los doctores; sus vocinglerías se las lleva el viento. Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esta inteligencia no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos. Así pues, trabajemos con empeño y tesón, que, si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria, que es la recompensa que deben esperar los patriotas”.
Las victorias de San Martín en Chile y de Güemes en el Norte permitirían pensar en una lógica ofensiva común del ejército del Norte estacionado en Tucumán a las órdenes de Belgrano y los gauchos salteños hacia el Alto Perú.
¡Honor y gloria al líder gaucho!