sábado, noviembre 23 2024

¿Cómo llegue a esto?

¿Como sucedió todo esto?

Hace unos años atrás había conocido a un chico un poco mayor que yo, se llamaba Battista,
venia de Italia. Y se mudo acá en Argentina por temas del trabajo, y como lo trasladaron a ser
mi jefe, fue un flechazo bastante fuerte que sentí por él.

Nunca me había sentido tan atraída por un simple hombre, con sus ojos colores miel, su altura
perfecta que me quedaba un poco arriba de la cabeza, su pelo tan oscuro, y esa sonrisa tan
hermosa de él.

Me encantaba todo de él, exactamente todo, porque me hacía sonreír con cualquier cosa que
me digiera, y siempre podía contar con él, aunque sea una simple idea absurda.
Él era mi todo.

Y cada vez me apegaba más a Battista, y me encariñaba aún más. Siempre había soñado con
un hombre que me haga sentir así, desde hace mucho tiempo lo quería.

Después de varios días de pasar tiempo con él, en ese momento Battista me pidió ser su novia,
fue ese día el mejor de toda mi vida.

Los primeros meses fue increíblemente hermoso, las mejores semanas que pude pasar con el.
Me sentía tan enamorada, que daría todo por solo verlo sonreír al amor de mi vida. Y yo
sentía que ese amor tan hermoso, era mutuo.

Yo sabia que el daba todo por mi y un poco mas de eso, por eso después de unos meses me
empezó a controlar mi celular, empezó a preguntar con quien me juntaba de mis amigos,
también organizaba que ponerme y que no podía ponerme, solo para que los otros hombres no
me miraran.

Aun así, fue avanzando, unos meses atrás me prohibía verme con mis amigos de la infancia
solo porque el pensaba que ellos estaban enamorados de mí. Aunque no le importaba que mis
amigos tengan novias, él no quería verme con ellos.

Algunas amigas mías decían que el ya no estaba siendo sano con la relación, pero yo no le
daba mucho caso a esas opiniones, ya que sabia que el demostraba su amor así. Hasta que
llego un punto de hartarme de esas opiniones, y se lo conté él. Se convirtió en lo peor.
Empezó a gritarme y a insultar a mis amigas que eran unas envidiosas de nuestra relación ya
que no aguantaban vernos juntos. Y él tenía razón, ellas tenían envidia de nosotros, de nuestro
amor.
Es así como deje de juntarme con todos mis amigos y solo me enfoque en él, y en nada más.
El era mi vida y se la estaba dando.
Deje de trabajar y solo el traía dinero a la casa, yo solo me encargaba de ser el ama de casa y
ser la mejor novia que el pudiera tener.
Hasta que un mes atrás el empezó a ser distante, a ser un poco mas agresivo con sus palabras
y sus acciones, dejo de demostrarme ese amor que tenía hacia a mí. Y empezó a solo
demostrar odio.
La primera paliza que recibí de el fue en la cara porque me había pasado de sal en la comida,
y empezó con los gritos que era una idiota cocinando, que de seguro le cocinaba mejor al otro
que tenía, porque el siempre sospechaba que lo engañaba. Pero Battista todavía no se dio
cuenta que vivo por él. Trate de decirle que solo era el, hasta que se canso de escucharme y
me golpeo en la cara.
Esa noche no pare de llorar, no podía contarle a nadie, ni a mi familia que me había separado
de ellos porque opinaban igual que mis amigas, que él no era sano.
Pero yo seguía en mi burbuja de amor, de que pronto el cambiara, de que solo eran etapas de
parejas que se superaban fácil.
Y así solo empeoro, él tenía diferentes personalidades, cuando venia del trabajo, cualquier
error pequeño que había o si ni siquiera hubiera error, la consecuencia era pegarme en la cara.
Hasta a veces agarraba su cinturón y me pegaba fuerte en los brazos o en las piernas.
Pero después de haberme pegado, se arrepentía y se largaba a llorar que estaba compungido,
que no era su intención lastimarme, que prometía que cambiaría.
Mil veces me convencí a mí misma que cambiaría, y que volveríamos a ser los mas felices del
mundo, como fuimos en los primeros meses.
Pero eso nunca fue así, hasta que llego esta noche, era antes de las nueve y Battista había
llegado temprano del trabajo y yo todavía no tenía la cena preparada, porque no sabia que el
iba a venir.
Asique él se enojó demasiado, porque decía que nunca estaba pendiente de él y que todavía de
seguro veía a otro, que el me daba todo y yo no hacia nada a cambio de él. Y yo llorando
pidiendo perdón por no ser más atenta. Pero eso lo enojo mucho más y empezó a ahorcarme
hasta a un punto de que la respiración no pudiera pasarme al organismo.
Pero él se dio cuenta antes de que sea demasiado tarde. Asique me soltó y me pidió a gritos a
que me vaya y que no vuelva dentro de un largo rato, me lo dijo esto gritándome que también
era mi culpa, que siempre le hacia sacar el lado malo.
Y fue así que salí corriendo, derramando lagrimas a mares, dando vueltas a mi cabeza que
podría hacer con todo lo que estaba pasando, pero era demasiado tarde. No tenía a nadie
apoyándome para que pudiera salir de esta relación toxica que llevaba un año teniéndola.
Me odiaba a misma por amarlo tanto que después de todo esto que nos había pasado, iba a
volver a casa y perdonarlo. El era mas fuerte que yo, nuestro amor era más fuerte e importante
que mi salud mental y física.
Y volví a mi casa, mientras estaba en la entrada, no se escuchaba nada. Pensaba que Battista
se fue a dormir de lo cansado que estaba por haberme gritado y ahorcado.
Pero mi cara cambio, cuando encontré un gran charco de sangre alrededor de toda la cocina.
Y ahí lo vi. Era Battista, muerto cortado por la garganta, con sus hermosos ojos de miel
abiertos, tirado en la cocina. Me asuste demasiado, porque faltaba el cuchillo grande de la
cocina, y me daba miedo que el asesino de mi amor este rondando en la cocina.
Hasta que vi una nota, que sabia que no era mía, y Battista nunca me dejaba notas, asiqué la
agarre y la leí.
“Me debes un favor”
Ahora si estaba aterrada de miedo, no tenía idea de quien había asesinado a Battista y menos
que podría pasar ahora.

Previous

Dos cortos de escuelas marchiquitenses premiados en Brasil

Next

Atención de PAMI y Anses en Vivoratá